miércoles, 10 de septiembre de 2008

Medianoche en la ciudad














Es medianoche. Domingo. Principios de septiembre. El sonido lejano de una sirena  perturba el silencio que arropa al gigante dormido. Perdida en el limbo. Esperando que empiece de nuevo el delirio furioso de una urbe que despierta de una ensoñación pasajera. Perdida en recuerdos del ayer. Incapaz de distinguir entre realidad y ficción. Otra jugarreta de la caprichosa mente. Se empeña en llevarnos por caminos inescrutables, adornando con aparentes realidades los hechos del día anterior. La narración del ayer se mezcla con los recuerdos de un pasado más lejano y los deseos de un futuro que jamás llegará. Recuerdos emblanquecidos por el polvo que arrastran. El paso del tiempo no perdona. Imágenes borrosas entrelazadas con el color vivo que contiene el filme de ayer. Besos furtivos que no se sabe si fueron realidad o ficción. Besos sin sentido ni sentimiento. El vacío inmenso de un Nada que se niega a existir. Imposible incoherencia de una frase sin sentido para narrar un pasado sin sentido ni existencia.Un pasado que carece de realidad. Pues pasó sin pasar. Embriagada por la noche y el anhelo de vivir al límite de la cordura, ficcionalizando el instante.