lunes, 18 de enero de 2010

Petite morte















Hoy es un día de esos raros en que siento el jet lag de haber bajado bruscamente del tren de la rutina. Con el cuerpo entorpecido y la mente nublada de tanto dormir. Por un día el mundo se para. Siento las ganas de escribir para purgar pero soy incapaz de escribir nada bueno. Hoy no me siento fuerte. Hoy me cuestiono mis principios. Intensidad?...quizás sea un defecto. Amor?...quizás sea solo literatura. Esperanza?...quizás sea cosa de locos. A veces me puede la ingenuidad aunque cada vez tenga menos. Refugiada en la que fue mi casa durante 24 años. Recordando un pasado que con la distancia se vuelve idílico. Hoy no tengo ganas de seguir luchando. Hoy quiero frenar. La culpa me invade. O sera la ingenuidad? que me hace creer que no he sido justa. No lo sé. Tal vez sólo me defendía porque estaban rompiendo mi coraza. Da igual. Lo hecho hecho está. No se puede volver atrás. Cada decisión que tomamos, cada palabra que sale de nuestra boca, cada gesto..conlleva unas consecuencias con las que hay que tragar.


Cierro los ojos y me transporto a otro espacio intemporal. Es oscuro. Vacío. Hay gente a mi alrededor. La siento pero no la veo. Es demasiado oscuro. La rigidez del corsé sujeta mi cuerpo debilitado. En la mano una botella del liquido dorado que nubla mi mente y hace que me ria de mis miserias. Moviendo mi cabellera rojiza al son de la guitarra. Me embriaga la intensidad del metal, enloquece todos mis sentidos. Es como la serotonina que necesita mi celebro para que todo este bien.Es mi petite morte.

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